Creo que en este instante de mi vida, debo
aprender el valor de las palabras que suelo
empeñar y gritar a cuatro vientos. De no hacerlo se que jamás podré dormir con mi
consciencia clara. Y tengo miedo de que ello sea mala hierba en el camino que
recorro. Hoy te mire destrozado y creo que tengo las respuestas en el silencio
que anhelo cada día. Porque en el silencio he aprendido a oír el viento, a
sentir la caricia del viento y la incandescencia del sol. En el silencio é
pronunciado los mas bellos pensamientos. Y diré como un día dijo mi padre.
Aposte y perdí en la ruleta, pero gane la certeza de que hice lo que debía. El
Universo escribe mi silente silencio. El conoce las razones de mis actos y solo
él tiene las respuestas del tiempo. Creo que no debo retardar más mi examen de
humildad, pues suele ser fácil hablar de hambre cuando apenas sabemos del
fastidio de un ayuno. Poder resolver problemas y tener con que hacerlo es
merito fácil. El problema es para aquellos que sienten que pierden su dignidad
día a día.