En
ocasiones siento que mi mundo se bifurca entre caminos que me atraen y a la vez
me repelen.
Se que debo
emprender un camino, pero preciso detener mi caminar, mirar dentro de mi para
saber que camino elegir sin que ello produzca dolor, y al mismo tiempo me
lastime.
He conocido
personas que han tocado mi vida y han dejado en ella, huellas que recuerdo con
inmensa dulzura, otras veces no fueron tan gratas pero he tenido que asumir que
lo que ellos me decían no tan agradable era la mas pura de las verdades, que
muchas veces camufle con mi verdad.
Pero no hay
verdades ni mentiras reales. Pues mismo una mentira se maquilla con verdades. Creo
que me ha tocado vivir la encrucijada del inmigrante, repetir la historia de
mis Padres, incluso en esos instantes la encrucijada palpita, momentos llenos
de ilusión más irremediablemente debemos desechar cosas que nos atan a un
pasado vivido. Creo que la sabiduría oriental ha aprendido a guardar realmente
lo que vale la pena atesorar.
He conocido
gente que ha hecho maletas una y otra vez, desea retornar a sus raíces, pero se
detienen entre razones valederas, forzosamente se mantienen aferradas a un
mundo en el cual se siente confortables a pesar de tantas quejas.
Mi caso no
es exactamente ese, o simplemente sea mi excusa perfecta al decir que apenas me
he atado a afectos y personas y ello en instantes ha condicionado mis
decisiones. Pero nunca me he anclado realmente a ello. Termino tomando mis
sueños y procuro sea donde sea, recomenzar mi historia tratando de materializar
los mismos.
Se que en
estas nuevas paginas de mi vida, muchas sorpresas me deparan. Pero no quiero
lastimar a nadie, pues jamás he querido jugar con sentimientos de nadie.
Vine cargada
de ilusiones pero miles de fantasmas compitieron conmigo y ellos ganaron, la
desconfianza en mí, los celos exacerbados me hicieron prisionera en una jaula
de oro, pues reconozco que he sido amada, pero he tenido que dejar de ser yo
realmente por miedo a ser nuevamente agredida con palabras, que lastiman el
alma. Pero lo que murió irremediablemente no ha podido renacer de las cenizas
en que fueron convertidos. Seguiré escribiendo mi historia, en el gran libro
del vivir, en la inmensa escuela de la Vida.