Ya ha pasado algún tiempo, desde nuestro último intercambio de palabras, descubiertas, ajajá hermoso modo de llamar a nuestro chismorreos por cartas. Pero realmente he estado algo súper atareada, entre la escuela, mi casa, el comienzo de la primavera y el trabajo, me restan instantes relajados para poder dedicarlos a mis amistades.

Esta semana ha estado revestida de un revivir nuevamente la muerte de mi Madre, mi suegra ingreso en terapia intensiva y esta bastante delicada de salud.

Es volver a vivir los miedos desde la distancia. Es una desagradable sensación realmente, pues a pesar de no vivir el stress de los que están junto de ella, se vive la agonía de no saber más de lo que te van diciendo, y estar a la espera de saber sin poder hacer mucho.

Hoy operan a mi hija, y nuevamente permanezco en la distancia, a pesar de que la tecnología nos ayuda inmenso, nada supera el abrazo y el estar junto de las personas en los momentos justos y a tiempo.

Pero no me detengo a sollozar por ello, pues estoy donde mi elección personal me trajo, así que debo aprender a sopesar esas diferencias.

Crecemos ciertamente con ello, y aprendemos inmensurablemente a enfrentar un sin numero de retos con nuestras propias posibilidades. Y ten la certeza que nada viene a ti que realmente no puedas lograr.

Es caricato realmente ver como hay personas que mismo teniendo sus problemas meramente resueltos, siguen sollozando y renegando de tener algo de suerte, estancándose en su eterna negatividad del primer día.  No tienen la capacidad de un mirar lo hermoso de la vida y agradecer al universo por esos granos de respiro a sus problemas. Se atascan y se ciegan y no miran nada de tangible en lo que les acontece.

Talvez me digan que es fácil decir eso cuando tenemos algo de holgura en nuestras vidas, y yo apenas puedo decir, es cierto pero no dejo mi trabajo de limpieza por ello, ni me cruzo de brazos lamentando el cambio de 360 grados que mi vida llevo.

El cambio de una mujer empresaria, al de una mujer que limpia en el horario de la tarde oficinas y baños, de estar junto a los suyos al estar lejos en un país donde mi mayor limitación es el idioma. Pero algo no cambio y es eso que agradezco al Universo cada mañana cuando tras mi ventana veo el sol renacer, la fuerza, el coraje y el temple de mirar la grandiosidad de las cosas simples y pequeñas, creo que eso alimenta día a día mi esencia y logra minimizar todo lo que pudiera oscurecer mis días.

Es difícil hacernos entender cuando la barrera idiomática es nuestro obstáculo, pero voy aprendiendo una nueva palabra cada día.  Soy de las que cree que las peores soluciones se toman de cabeza caliente, es bueno relajarse pensar, sopesar y tomar decisiones en frío, eso es el pequeño detalle que hace la diferencia de los triunfadores (solemos decir eso a quienes pareciera que la suerte bautizo cuando nacieron). Creo que ya son muchas las ideas para una breve carta jajajajaj, así que te dejo con un fuerte abrazo y un hasta pronto. Cuídate, se te quiere.