Querida amiga
Hace tiempo que
el silencio es presencia entre nosotras, talvez estemos muy ocupadas en
nuestras diarias tareas, o es que realmente la proximidad de las letras connota
que necesitamos alguien que nos escuche y que no sea personaje en nuestra
historia.
Hace algunos años
intente rehacer mi vida, encontré alguien fantástico, alguien que tenia alguna aficiones
como las mías, escribía, pintaba, le gustaba descubrir lo ya descubierto, pero
siempre era una aventura nueva.
Compartía y disfrutaba
cada instante mágico, desde un picnic bajo la sombra de pinedos, hasta el
recorrer kilómetros en bicicleta, siempre que el tiempo estuviera dispuesto a
ello.
Bailábamos a la
luz de velas, encendía incienso y velas, disfrutamos cada instante, me sentía realizada
intensamente. Hasta que el fantasma de los celos destruyo todo el encanto
posible, termino por hacerme a un lado, en ese momento como sabes me encontraba
en un País que comenzaba a integrarme.
Pero tuve que
buscar casa para dónde ir, fue difícil ya que mi salario era pequeño para
recurrir al alquiler, pero lo conseguí con intermediación de una amiga arrendar
mi espacio.
A los pocos
meses, volvió a mí pidiendo que retomáramos nuestra relación, según quería recomenzar
pues estaba seguro de haber enterrado sus dudas, colocándole un epitafio de
pasado.
Tuve miedo y
realmente preferí mantener una relación cada quien en su espacio, pero seguíamos
estando presentes en la vida de cada uno. Hasta que la muerte de mi Padre marco
un ante y un después, había perdido dos seres de los cuales el inmenso vacío
hasta la presente fecha no he podido menguar, no he podido rellenar esos
espacios vacíos que se mantiene en mi vida.
La distancia de
mis hijos, la zozobra constante y diaria de un País que lucha por sobrevivir,
por una población que agota resistencia diaria para conseguir alimentos que
desaparecen. Que viven el temor constante de una delincuencia para quien la
vida es menos importante de lo que desean adquirir, no importa los medios
apenas lo que logren.
Decidí recoger
mis partencias y venir a radicarme en el País en el cual estoy actualmente, al
poco tiempo apareció una vez más el hombre que logro atrapar mi atención y mis
afectos, Me permití un nuevo comienzo, una nueva oportunidad.
Si de algo nadie
me puede acusar es de haber sido desleal a mis principios, a mi misma y con
quienes estuvieron a mi lado. Creo que ese es el mayor legado que herede de mis
padres.
Leí una vez el
cuento del papel arrugado, que jamás podremos eliminar las quiebras hechas, por
más que intentemos, siempre existirán líneas frágiles, que debilitan su
resistencia, creo que de esta vez los miedos habitaban en los dos. Por más
silentes que ellos se mantuvieran, estaban presentes. Ya no hubo más noches de
encanto y de locura, días de láser, nunca más existió la magia idílica del príncipe
y la princesa, de los cuentos de hadas y de pasión.
La cotidianidad,
el aburrimiento penetro un día a hurtadillas y se instaló, volvimos a él ver la
tele y yo delante del ordenador. Yo a ir
a dormir primero y el a ver hasta la última película que su resistencia le permitía,
el silencio se instaló.
Puedo decir que
ninguno hizo nada por contrariar esta situación, desde mi perspectiva yo veía que
los días pasaban y el no intentaba buscar trabajo, yo monte un negocio que
termino siendo engullido por la falta de experiencia. Sin salario, estábamos
viviendo de los recursos que herede de mi Padre.
Decidí cerrar el capítulo
de empresaria y comencé a buscar trabajo, mientras yo lo buscaba en el País
donde residía, él intentaba recurrir al País de donde vino, creo que sin darnos
cuenta nuestros horizonte de distanciaban.
Cuando se tiene
más de 50 años que difícil es que miren tu currículo y te empleen, Pero gracias
a mi idioma Materno conseguí empleo, durante todo ese tiempo trabaje el doble
del tiempo, para poder mantener los gastos de casa, mientras el hombro que debería
apoyarme, apenas seguía su búsqueda y su rutina.
La vida da
innumerables vueltas, durante este tiempo le dije que se fuera, pues su pasividad
hacia que perdiera la cordura, el decidió aventurarse una vez más en el foráneo
País, pero su búsqueda fue infructífera.
No paso mucho
tiempo que regresó y volvimos aceptando cada uno sus temores, sus miedos, de
verdad que lo intentamos, hasta creí que había logrado la homogeneidad total, a
pesar de que existían algunos puntos que quedaban a la deriva y que desde su
regreso habían mudado. Siempre inferí que
su medicación influyera, pero el sentirme arropada, sentirme junto a alguien
que en la noche estuviera presente, la compañía, el llegar a casa y encontrar
la luz encendida era el alibi por el cual todo lo demás no importaba. MIEDO A
LA SOLEDAD al espacio solitario.
Creí que durante
todo este tiempo habíamos logrado el punto de equilibrio entre nuestras
diferencias. Lejos de pensar que él aún se sentía inseguro en esta relación,
hasta que lo comprendo. Es muy difícil para un hombre que sea la mujer quien
ocupa su posición en el hogar. Pero los tiempos feudales hace mucho que
claudicaron. Y las cartas estaban sobre la mesa, era una situación que en algún
momento podía mudar.
Y mudo, surgió el
tan anhelado empleo, mismo que estuviéramos lejos, conversábamos a diario, lo
vi feliz pues podía ser independiente, podía
comprar la ropa que durante años no pudo. Fui a su encuentro en mis vacaciones,
fue hermoso creo que por fin podíamos comenzar a escribir nuestro camino.
Llego el momento
anhelado del retorno por algún tiempo para pasar las Navidades juntos. Pero …. No
llego a la semana que todo rodo por el suelo. Algo en sus planos cuando
regresara al País donde seguiría trabajando no fue el deseado. Hace algún tiempo
había regalado algo que no crei significara tanto para él, pues desde que lo
tengo jamás lo había usado. Su búsqueda infructuosa hizo con que me preguntará
por ello, y le explique que lo había dado.
Fue la gota que lleno
su sensatez, y aquella inseguridad silenciada, salió a relucir, decidió hacer
su maleta para irse, Por más que le explique, que le argumente, cada frase mía
era una estaca que se clavada en mi propia defensa. Su más valioso argumento era que a mi lado no tenía
futuro, que el día que yo no estuviese todo lo que yo tenía seria de mis hijos,
probablemente desalojado de la casa pues no le pertenecía. Miles de verdades
sentidas en su interior, silenciadas, y que basto un descuido mío al dar algo
que aunque jamás uso, no estaba olvidado.
Hoy caminamos
distanciados, viviendo nuevamente una perdida, pero segura que no puedo
contrarias esta situación, ya que no podre jamás borrar sus fantasmas, y darle
la seguridad que él precisa. Sus miedos habitan el mayor enclave de su alma. Y
nada de lo que pueda hacer será lo
suficientemente fuerte que destruya las raíces que fueron tomando su espacio en
el transcurso de su vida.
Upsss querida
amiga ya son las 4 de la mañana y aún sigo tecleando esta, pues espero que tus
sueños rosa sigan alcanzando las estrellas. Un inmenso abrazo.